Y voy a aprovechar la ocasión para hacer un alegato a favor de nuestra carrera, nuestra profesión, nuestra vocación y nuestro trabajo: nuestra vida.
Y no se me ocurre mejor forma que hacerlo que divulgando información, como hago siempre que escribo en este espacio.
Información para acabar con prejuicios. Información para ampliar conocimientos. Información para hacerse preguntas en pos de hallar más información.
Información basada en mi propia experiencia y conocimientos adquiridos.
Por ejemplo, hoy, en España, todavía hay gente que piensa que ir al psicólogo es algo para "gente loca", trastornada... o simplemente rara. Ignoran que sus pensamientos, tan erróneos como anclados en un pasado ineficaz, les hacen estar más cerca de esa locura a la que tanto temen. Al psicólogo va gente con problemas. Y resulta, que problemas, tenemos todos, en mayor o menor medida. Sólo que algunas veces hemos sentido o pensado o valorado, que esos problemas nos sobrepasaban. El psicólogo te ayuda a darte cuenta de que dispones de los suficientes recursos personales para afrontar ese problema que has convertido en tragedia sin solución.
Hoy, en España, todavía hay gente que piensa que ir al psicólogo es un signo de debilidad. No se dan cuenta de que es exactamente todo lo contrario. Una evidencia de fortaleza. Porque buscar ayuda es una manera de enfrentarte a tus problemas, y no evitarlos ni rendirte a ellos. Es una forma de enfrentarte a tus problemas, con humildad, valentía y coraje.
Hoy, en España, todavía hay gente que nos llama "comecocos". Piensan que somos una especie de gurus que les van a lavar el cerebro y transformar su personalidad, como los intrusos alienígenas de La invasión de los ladrones de cuerpo. Las personas que acuden al psicólogo suelen hacerlo porque algo va mal en su vida, algo que quieren cambiar, y para hacerlo, son ellos lo que tienen que cambiar ALGO de ellos mismos. Pero el protagonista del cambio es la persona. El psicólogo es un orientador en ese proceso de cambio. Y un facilitador, un motivador, un ayudante. Pero el psicólogo no cambia a la persona, es la persona la que cambia lo que ella quiere cambiar.
Hoy, en España, todavía hay gente que piensa que para ir al psicólogo hay que estar muy mal. Normalmente, al psicólogo acuden personas con problemas que interfieren en sus vidas de forma que les impiden disfrutar de ella. En este sentido, no todo el mundo necesita un psicólogo. Pero tengo la plena convicción de que: a todo el mundo le vendría bien un psicólogo. Porque se aprende, se crece, se mejora la calidad de vida.
Invertimos a lo largo de nuestra vida tanto tiempo en formarnos para el trabajo: estudios primarios, los superiores, cursos de idiomas, de informática, de promoción... Y sin embargo, invertimos tan poco en el desarrollo personal. Por eso lanzo hoy mi alegato en favor de la psicología, esperando, soñando, y luchando, por que un día pasemos en España del paradigma "psicólogo comecocos que trata a gente loca", a ver al psicólogo como un profesor, un guía, un amigo, con el que aprender, JUNTOS, a vivir mejor.