miércoles, 29 de marzo de 2017

EL PERDÓN: MEDICINA PARA UNO MISMO

Desde 2015 tengo el orgullo de formar parte del APOL: el servicio de Apoyo Psicológico On Line de la Fundación Punset. Una selección de psicólogos de toda España que contestamos consultas en torno a problemas de depresión, ansiedad, estrés, pareja, desamor, y muchos otros.

Desde entonces, una gran cantidad de trabajo, más de 150 consultas publicadas, y una enorme experiencia de aprendizaje que me llevo y que quiero compartir contigo, publicando algunas de las consultas más destacadas que he tenido la oportunidad de contestar.

Esta semana: El perdón: medicina para uno mismo. Un caso que nos muestra como el rencor o el odio suponen vínculos que forjan una relación tóxica, y como el perdón nos libera de esas cadenas.

CONSULTA
Después de una relación de 7 años, ambas partes decidimos romper porque ninguno de los dos sentía lo mismo de antes. Al mes de separarnos él conoció otra persona (yo me enteré por las redes sociales), a la que ha presentado a su familia y a nuestros amigos. En estos momentos el grupo de amigos se ha roto y yo siento ira y odio hacia mi ex pareja, a la que consideraba una parte importantísima en mi vida. Siento que me ha sustituido enseguida, y aunque yo no quiero volver a estar con él, siento desilusión y traición de su parte. Estoy centrada en mi trabajo y estoy conociendo gente nueva, pero no consigo superar aún este rencor hacia él. Cuanto más pienso en nuestra relación más rencor siento y querría transformar este sentimiento.

RESPUESTA

Según el psicólogo Walter Riso, el perdón cobra una importancia vital en problemas en los que la ira, el rencor y el odio son determinantes, como en casos de abuso sexual, o maltrato físico y/o psicológico. Importancia derivada de las implicaciones terapéuticas que conlleva la acción de perdonar. Como dice Riso: "perdonar es negarse a que el resentimiento siga echando raíces". Y es que el rencor hace más daño a la persona que lo alberga que a aquélla contra quien va dirigido.

Desde luego, por su funcionalidad, tu rencor no está justificado. Pero puedes cuestionarte también su origen. ¿Que tu ex haya iniciado una relación con otra persona al poco de separaros, implica que no te haya querido, que él no haya sufrido también por la ruptura sentimental? ¿Qué hubiera pasado si al poco de terminar tu relación con él hubieras conocido a otro hombre por el que te hubieras sentido muy atraída? Y si tu respuesta hubiera sido distinta a la que tuvo él: ¿entiendes que no todos somos iguales y afrontamos nuestro dolor de diversas maneras? Cuidado con los sesgos cognitivos, que son interpretaciones erróneas que hacemos de la realidad, como por ejemplo llegar a la conclusión de que si una persona ha rehecho su vida pronto tras una separación o un duelo, significa que nunca quiso a la otra.

Si no pudieras perdonar a tu ex pareja porque piensas o sientes que no se lo merece, pregúntate: ¿y tú, te mereces perdonarle? ¿Te mereces abandonar por fin ese sentimiento que te impide disfrutar de tu trabajo, de tus nuevas amistades... disfrutar de tu vida? ¿Qué ganas sintiendo rencor? Frente al odio y el rencor: aceptación y perdón. No es medicina para el otro, sino para nosotros mismos.

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