miércoles, 6 de mayo de 2015

UNA FORMA DE QUERERSE MÁS Y MEJOR A SÍ MISMO

La Autoestima es la valoración que hacemos de nosotros mismos. ¿Pero qué es el "uno mismo"?

Uno mismo = Autoconcepto = nuestra Autoconsciencia del Yo.  

El Yo es muy amplio. La frase "Somos lo que somos", repetida hasta la saciedad, es en realidad bastante ambigua, vaga e imprecisa. Somos lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hacemos, nuestros logros y nuestros fracasos, nuestras experiencias pasadas y nuestros sueños por cumplir. Incluso no somos, nos transformamos, pues somos cambio constante. Un cambio fuertemente condicionado por nuestra interacción con el ambiente.

Y en ese proceso de interacción con el ambiente juega un papel determinante nuestra relación con Los Otros. Esa relación define en gran parte nuestro Autoconcepto, y por ende, nuestra Autoestima.

De ahí la importancia de la Habilidades Sociales, ya que:

Las Habilidades Sociales son el conjunto de conocimientos, actitudes, aptitudes y conductas que facilitan las relaciones humanas.

Es decir, las Habilidades Sociales posibilitan que nuestra relación con otras personas sea sana, de calidad, beneficiosa, equilibrada y enriquecedora, repercutiendo de esa manera positivamente en nuestro Autoconcepto y nuestra Autoestima, ya que una relación en esos términos nos devuelve un feed back positivo de nosotros mismos.

Entre los usos más conocidos de las Habilidades Sociales se encuentran, entre otros: saber decir que no, la capacidad de negociación, o expresar abiertamente emociones y puntos de vista sin miedo a la crítica o al rechazo. 

Estos usos pueden favorecer la creación de redes sociales amplias y de calidad, una gestión más eficaz de los conflictos y el logro de objetivos personales.

Y quien tiene muchos amigos, no se pelea constantemente con el mundo, y obtiene posibilidades para alcanzar sus metas, no tiene tan díficil el quererse más y mejor a sí mismo.

Existen resistencias o barreras que nos impiden adquirir o hacer un buen uso de las Habilidades Sociales:

  1. El exceso de vergüenza.
  2. El bajo autocontrol de la ira.
  3. La falta de empatía.
  4. La escasez de habilidades asertivas.
Pero sin duda, el peor enemigo de las Habilidades Sociales es: la mala educación.

Entendido como Mala Educación aquella en la que no se incluye el estudio, comprensión y entrenamiento de las Habilidades Sociales. Ya sabéis, lo que, aunque ya afortunadamente se está empezando a cambiar, se ha hecho siempre en nuestro sistema educativo: enseñar de memoria los Reyes Visigodos pero ignorar la comunicación emocional.

Por suerte, las Habilidades Sociales se pueden adquirir y desarrollar en cualquier momento de la vida, y son siempre mejorables. Por eso quiero invitarte a un taller que haré este próximo sábado 9 de Mayo en el que trataré de aportar mis conocimientos sobre este área y en el que además haremos varias dinámicas de grupo que prometo serán divertidas además de facilitadoras del aprendizaje.

Y es que aprender jugando debería considerarse también, una Habilidad Social.
 

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