martes, 31 de marzo de 2015

¿DÓNDE ESTÁ ESCRITO?




"¿Dónde está escrito?

¿Dónde está escrito que los hombres no deben llorar?

¿Dónde está escrito que las mujeres tienen que ocuparse de sus mayores?

¿Dónde está escrito que se ha de guardar luto por X años?

¿Dónde está escrito que un político tiene que ganar más que un médico o un profesor?

¿Dónde está escrito que está mal visto decir que no?

¿Dónde está escrito que para demostrar tus creencias religiosas tienes que ofrecer culto a imágenes?

¿Dónde está escrito que ser diferente es ser raro?

¿Dónde está escrito que tengas que ser aceptado o amado por todos?

¿Dónde está escrito que sólo vales lo que tienes o lo que logras?

¿Dónde está escrito que la soledad no trae compañía?

¿Dónde está escrito que el dinero da la felicidad?

¿Dónde está escrito que las cosas siempre tienen que salir como uno había previsto?

¿Dónde está escrito que para poder amar, los demás tienen que saber entender?

¿Dónde está escrito que tú no seas dueño de tu bienestar?

¿Dónde está escrito que las señales del pasado sean las que deban marcar la senda de tu futuro?

¿Dónde está escrito que la culpa es propia de las buenas personas?

¿Dónde está escrito que el mundo debe ser justo?

¿Dónde está escrito que a pesar de la injusticia, de la adversidad, de la carencia y del dolor, uno no pueda ser feliz?

¿Dónde está escrito que el fracaso no está permitido?
 
¿Dónde está escrito que haya una única vía para la felicidad?

Sé tú mismo quien escriba las páginas de su vida".

Espero que este texto te haya servido para reflexionar, pues muchas veces aceptamos normas, escritas o no escritas, que tienen una base racional como poco discutible, y que no son útiles ni para el bienestar propio ni el de los grupos.

Cuando discutimos sobre el "por qué" de algo y el "para qué" de algo, podemos tomar conciencia, darnos cuenta de lo absurdo, perjudicial y autolesivo de una creencia o una conducta determinada.

Y ahí, cuando nos cuestionamos, empieza el cambio.

En uno mismo. Y no en lo que otros, a los que poco o nada interesan tu felicidad, hayan escrito.

Sé tú mismo quien escriba las páginas de su vida.

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